domingo, 16 de octubre de 2011

La naturaleza. Sabiduría en movimiento.

Muchos desean conocimiento, quieren saber de rituales y hechizos, fórmulas y símbolos mágicos, secretos herméticos transmitidos por generaciones pero casi ninguno tiene la disciplina del estudio y la experimentación basada en un método. 

En la era de la iluminación, parte del conocimiento que se resguardaba en antiguas ordenes, por diferentes razones salió a la luz, provocando un cambio radical. Nuevos inventos que poco a poco fueron transformándose en armas de guerra mucho más avanzadas y demás conocimientos que sólo son usados por algunos para beneficio propio o de un pequeño grupo. 

¿Que sucedió con el conocimiento? se perdió por el ego del humano de querer dominar el entorno y a su prójimo. El deseo insaciable de poder. Es por eso que el conocimiento se resguarda pues de salir a la luz podría hacer muchísimo daño y se perdería pues al hacerse mal uso deja de tener sentido, se distorsiona. Al mundo de la magia se le llama la noche obscura, pues los conocimientos están ocultos. Por eso se llama ocultismo. 

¿Y qué sucede con todo lo que se observa en la madre tierra? Pocos son los que descubren que la naturaleza es sabiduría en movimiento, que encierra la respuesta a los secretos del mundo que nos rodea. Para conocerlos hay que estudiar, prepararse y en especial tener mente abierta para observar las lecciones que nuestra madre nos enseña incluso en lo más pequeño y simple. Es ahí que una actitud humilde nos permite verlos. Es entender que somos parte de un ecosistema que debemos respetar pues la naturaleza funciona de forma matemática y precisa. Es cuando afectamos ese ecosistema que el ser humano se mete en problemas, pues afectamos todo nuestro entorno, nuestro hogar.

El estudio de la biología, la química, física y demás ciencias nos permite entender como funciona la vida. Sin esos conocimientos nunca estaremos preparados para entender todo lo que la naturaleza nos puede enseñar, pues la naturaleza es un gran salón de clase. 

Debemos merecer el conocimiento. Dice un axioma conocido "Cuando el alumno esta listo el maestro llega. Nunca antes y nunca después". Además de lo obvio, lo que nos trata de enseñar es cuando estemos listos entenderemos mucho de lo que ahora quizás no somos capaces de comprender.

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