Hay espíritus que mantienen aun conexión o un nexo con el plano físico y por esa razón poseen un cuerpo astral formado por ectoplasma. Ese cuerpo astral puede disgregarse en un tiempo indeterminado, pueden ser días o milenios. Cuando estos seres por casualidad son percibidos por el ser humano con mayor sensibilidad, produce el efecto físico del miedo. Sensaciones físicas como enfriamiento repentino, enfriamiento de la médula espinal, escarapelamiento del cuerpo, hasta mareos. Cuando se manifiesta la sensación de miedo, las encimas de la flora intestinal producen éter que forma el ectoplasma, convirtiéndose así en alimento para la entidad, así que la entidad se pega al ser humano para alimentarse y dar más fuerza a su cuerpo astral, y cuando esto sucede la entidad suele regresar, ya sabiendo que causando miedo se puede alimentar y produce justamente esta misma sensación una y otra vez. Entendamos que el cuerpo astral es justamente los que le permiten estar unido al plano físico y poder manifestarse.
Hay personas que su sueño es interrumpido despertándose con la sensación que algo esta presionándoles o sentados encima de ellos, produciendo la sensación de inamovilidad a pesar que están concientes de estar despiertos.
Las tradiciones folclóricas indican que en estos casos se debe insultar a la entidad, transformando el miedo en coraje o rezando para que la persona se calme. Ambas formas inhiben la producción de éter por parte de las encimas y por ende la entidad pierde el sustento y por consecuencia, el interés en el sujeto, alejándose definitivamente.
Varias personas han venido a mi para preguntarme el porqué cuando ingresan al camino de la magia empiezan a tener este tipo de experiencias y es que nuestra percepción aumenta considerablemente, empezando a sentir todo lo que esta a nuestro alrededor. Seres que están ahí desde siempre.
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