
Muchos ven la filosofía de vida sólo como palabras que a la hora de aplicarse no tienen resultados reales y esta forma de pensar deja sin efecto cualquier tipo de influencia pues su aplicación requiere confiar que lograremos resultados. Debemos entender el porqué de la filosofía y sólo logramos eso mediante la práctica.Podemos llamarle folklore, sabiduría antigua, proverbios, refranes, pero todas las culturas poseen casi los mismos principios que aplicados nos ayudan a ver la vida de otra forma. A lo largo de mi camino las personas con las que me crucé dejaron varias lecciones de vida, de como convivir con mi entorno social y conmigo mismo. Aquí dejo 4 consejos para que ustedes también puedan tener esa oportunidad.
NUNCA RECLAMES NI REPROCHES
Los reclamos y reproches crean un ambiente negativo que a pesar que muchas veces pasa desapercibido, agotan cualquier relación personal que tengamos llevándola poco a poco al debilitamiento y ruptura. No estoy hablando sólo de las relaciones de pareja sino amicales, laborales y hasta familiares.Para cambiar esta costumbre adquirida debemos entender que somos nosotros los dueños de nuestro destino, que nadie tiene la capacidad de afectar nuestra vida salvo que nosotros los dejemos hacerlo. Eso nos dice que si variamos la forma como percibimos las cosas eventualmente entenderemos que cada persona hace lo que hace pues tiene la libertad y que debemos respetarlo. Que todos podemos equivocarnos y que podemos enmendar. Una persona me dijo algo que siempre recordaré: Si no te gusta el lado del prisma por donde ves las cosas, cambia de lado.Si nos quejamos de lo que hacen los demás no estaremos cambiándolos, sólo demostramos que nos afectó y que no somos capaces de comprender a los demás. A medida que nos valoramos entendemos que nadie externo a nosotros puede modificar nuestro ánimo o nuestros sentimientos y lo más importante, sentaremos un patrón de conducta digno de ser imitado por otros.
NUNCA SAQUES EN CARA
Es una costumbre en toda relación personal, el sacar en cara lo que hacemos por los demás para lograr manipular una situación a nuestro favor. Al hacer esto denigramos lo bueno que habíamos hecho en primer lugar y demostraríamos que hacemos las cosas siempre con un fin oculto y de forma interesada. Recordemos que la ley de la equivalencia nos devuelve lo que damos . Por otro lado debemos aprender a que si hacemos algo es porque lo deseamos y no por obligación. Si lo hacemos desinteresadamente entonces de alguna forma lo hacemos por amor, pues el amor no solo es por la pareja sino al prójimo, que se demuestra en el acto desinteresado. Estén seguros que dichos actos igual tendrán recompensa, aunque a veces no se perciba de forma conciente o no la veamos de forma física. Es innegable que al sentirnos bien con un acto desinteresado ya es bastante premio.
NO JUZGUES A QUIEN TE ENSEÑA
Toda persona que se cruza en tu camino viene a enseñarte algo. Debemos saber que nada de lo que sucede en la vida esta dispuesto por el azar y por consecuencia lógica toda persona se nos cruza por alguna razón. Teniendo como premisa que todo lo que sucede repercute positivamente en nosotros ya que es de una u otra forma aprendizaje, esas personas deben ser valoradas y observadas de manera que recibamos lo que tienen para ofrecer.No importa quienes son, filosofía que profesen o la moral que demuestren, es indudable que alguna lección aprenderemos y que mientras desdeñemos su enseñanza no la veremos. Uno nunca sabe que lección podemos estar perdiéndonos.
LO MÁS IMPORTANTE ES EL PRESENTE

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