martes, 18 de octubre de 2011

Conquistemos nuestros miedos.

Los seres humanos pertenecemos al reino animal, por consiguiente tenemos algo que viene con nosotros de forma genética, algo llamado instinto de supervivencia. Este instinto es primitivo, contiene las rutinas subconcientes necesarias para que el ser humano busque prevalecer ante toda circunstancia que amenace su vida.


Como parte del mecanismo de defensa esta el miedo, el cual nos sirve para huir de toda situación en la cual nos sintamos amenazados o de atacar automáticamente cuando, sentimos que podemos defendernos o estamos acorralados. Muchos animales buscan verse más grandes de lo que son o desplegar colores muy vistosos. Otros se hacen los muertos o poseen una velocidad tal que les permite huir con éxito de toda situación de peligro.


Sucede que en los momentos que buscamos escondernos, ocultarnos de las situaciones de peligro, la vida suele equilibrar la balanza enfrentándonos a situaciones peores con el fin de que aprendamos, pues la naturaleza tiene un axioma importante: Sobreviven los fuertes. No necesariamente se dicta por fuerza física sino también a través de la capacidad de adaptación evolutiva de cada especie. Es lo que mueve el ciclo de vida de la naturaleza.


Otras veces nuestra reacción es atacar, volvernos agresivos con tal de alejar lo que nos hace sentir amenazados. Uso la palabra "sentir" pues no necesariamente son situaciones de peligro o amenaza real, eso recae en el campo de la percepción del individuo. Ejemplo: Un hombre esta en una reunión con su esposa, va a buscar una bebida alejándose por unos minutos de ella. Cuando regresa, otro hombre se esta riendo con ella y la abraza, el esposo se molesta y ataca al otro hombre con un golpe, acto siguiente le grita a su pareja argumentando que le esta sacando la vuelta. Lo que en realidad sucedía: Un amigo de muchos años atras estaba en la misma fiesta y se reencontró con ella. Al final la reacción fue instintiva generada por miedo. Esto recae también dentro de la autoestima. Al tener autoestima baja nos sentimos amenazados por cualquier cosa que nos haga sentir menos y nos volvemos agresivos. Cuando reaccionamos de esta forma es normal que nos metamos en líos o que nuestra imagen personal frente a los demás se vea comprometida.


Como se puede observar, el miedo suele aparecer cuando menos lo necesitamos, cuando las cosas dependen de nosotros y justamente somos nosotros mismos quienes nos ponemos las trabas necesarias para evitarnos ser felices. Al sentir miedo, perdemos el control de nuestras emociones con mucha facilidad dejándonos a merced de las circunstancias, buscamos huir o atacamos sin razón aparente; en resumen, sólo reaccionamos ante estímulos y no encontramos salidas obvias a los problemas. Nos complicamos y nos producimos sufrimiento. No dejemos que el miedo nos domine.


En "El Arte de la Guerra" de Sun Tzu, una de las características del buen general es la de tener coraje, pues le permitirá tomar la decisión correcta en el momento adecuado. El miedo nos haría dudar y perder oportunidades. También nos volvería nerviosos y podríamos dar el paso antes de tiempo.


Para enfrentar nuestros miedos se necesita valor, coraje y conocernos a nosotros mismos. Conocer nuestros puntos fuertes y apoyarnos en ellos. Conocer también los débiles para que se conviertan en parte de nuestra estrategia de victoria. Debemos saber que el valiente también tiene miedo, pero la diferencia es la actitud con la que enfrenta las cosas. No huye, pues entiende que si huye una vez huirá siempre. Lo enfrenta con inteligencia. El que es valiente sabe que enfrentar no siempre significa pelea, a veces la mejor estrategia es evitar la pelea pero por estrategia y no por miedo. El valiente recuerda siempre que la mejor batalla es la que no se libra.

Y, si algún día nos caemos, perdemos una batalla contra nuestros miedos, debemos levantarnos y seguir caminando, siempre habrá una siguiente oportunidad de vencer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario