lunes, 21 de noviembre de 2011

La magia es para los niños.

Según mi punto de vista, luego de un análisis sobre lo que significa ser niño o adulto y el impacto de cada etapa dentro de la vida emocional del ser humano, creo que es fiel a las palabras que dijo Jesús: Mateo 19:14 Jesús dijo, "Dejad a los niños venir a Mí, y no se los impidáis, porque de los tales es el reino de los cielos."

Estuve leyendo un libro que me encanta: El Principito. Este libro me lo regaló una persona muy especial para mi, poco después que mi maestro me dijera que lo tenía que leer pues en él se habían escrito muchas verdades de la magia. Este post, por supuesto, deviene de aquel nombrado “La magia es simple” y ahí explico que en todos lados encontramos magia y sus principios, este libro es un ejemplo, pues en sus letras encontramos también esta enseñanza y muchas otras que es trabajo de cada quien comprender en su debido momento. Claro esta que no hago comparaciones con ningún otro libro pues me parece que sería desmerecer el trabajo que cada autor puso en su obra, así es que las valoro por lo que significa cada obra para mi.

¿Porqué creo que Jesús dijo estas palabras?

Los niños son inocentes y cada acto que realizan carece de dolo, ellos tienen una mente simple que no se complica ante la idea del futuro o del dinero pues estos factores son inculcados por los padres durante el desarrollo en sus primeras etapas. Los niños tienen una mente abierta a nuevas ideas y pueden soñar, ven ilimitados sus sueños y, sobre todo, posibles. Su forma de percibir todo el universo es con simpleza, sus respuestas indican la capacidad para simplificar las cosas. Los niños son los primeros en tener la capacidad de ver y comunicarse con los seres elementales de la naturaleza, pues su inocencia los hace vibrar  y brillar de manera especial y su frecuencia vibratoria es sutil. Ellos, durante sus primeros años, creen tanto en la magia que se muestra en los dibujos animados que no tienen limitaciones en verse a si mismos realizar los mismos actos.

Son estas características que los hacen literalmente llegar a las estrellas, brillar como ellas, viajar a lugares fantásticos e inimaginables y visualizarlos y, al creer con esa fuerza de fe y sentir de forma desinteresada, hacen de esos pensamientos realidades. Aquí esta el secreto del reino de los cielos y el secreto de la magia. Aquellos que están inmersos en el mundo de la magia entienden que todo esto es verdad; visualización, sentimiento y la fuerza de la fe, son los requisitos para todo acto pues en ellos radica la verdadera magia, aunque claro esta se requieren otros más, sin estos 3 primeros nada de lo siguiente funcionaria.

Debemos tener especial cuidado durante la crianza de los niños, pues ellos son un ejemplo para nosotros y son nuestro fiel reflejo ya que son los padres quienes transmiten a través de sus actos, todos los miedos, limitaciones, desconfianza, intolerancia, soberbia, baja autoestima, traumas, sentimientos pasionales y muchos otros defectos tan ligados a lo terrenal que hacen de su vibración sutil algo grosero, de su brillo e inocencia tan sólo un pálido recuerdo. Los adultos nos vemos envueltos en competencias inútiles, en preocupaciones diarias que nos llevan a vivir de forma errática y llena de sufrimientos callados por el deseo de aparentar. Desaprovechamos el presente que los niños si son capaces de aprovechar, pues nosotros nos enfocamos demasiado en el futuro y perdemos el control de nuestras vidas y las decisiones que nos llevan a nuestras metas. ¡Los adultos somos muy complicados! perdemos aquella magia con que nacemos, necesitamos ver todo con nuestros propios ojos y se nos van las oportunidades para aprender, siempre tenemos miedo que nos van a engañar, vemos nuestro futuro y sólo vemos las rocas que aparecen en el camino que nos apartan de el. Peor aun, hace mucho dejamos de creer que somos capaces de grandes cosas. Somos nosotros quienes debemos aprender de los niños a ser humildes, a creer en nuestras capacidades, que nuestro presente y futuro es ilimitado, que podemos realmente alcanzar las estrellas. Debemos abandonar los miedos para vivir con coraje y con valor, dejar el egoísmo de lado pues eso nos trae pobreza.

Nosotros los adultos, pues debo incluirme en esta frase, fuimos criados en una sociedad cerrada ante creencias vinculadas a la magia, una sociedad que se caracterizaba por ser moralista. La generación a la que pertenezco es considerada como una etapa de transición entre una generación completamente ajena a la magia salvo muy contados casos y otra que, a raíz de la apertura mental ante nuevos conceptos, empieza a nacer en un mundo donde la palabra magia no es extraña y donde cada día más personas entienden que significa en realidad y todas sus ramificaciones. En resumen, es una época de real renacimiento.

Es responsabilidad de aquellos que estamos en el camino místico, aprender con fundamento para iluminar el sendero y guiarlos para que sean la generación que traiga una nueva forma de ver la vida en comunión con la naturaleza y armonía con nuestro entorno. Es responsabilidad de todos los que pertenecemos a esta generación, aprender a vivir en armonía con nosotros mismos y tolerancia con nuestro entorno, para que los niños mantengan las cualidades que nosotros, los adultos, hemos perdido en el camino. Que el conocimiento se mantenga pues es algo que se debe entregar generación tras generación como acto ritual donde los antiguos pasaban la antorcha en señal de comunión.


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